miércoles, 19 de mayo de 2010

ORIGEN DE LA NOVELA MODERNA

Lectura de entrada: Fragmento del Quijote de la mancha.
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada, o Quesada, que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben; aunque, por conjeturas verosímiles, se deja entender que se llamaba Quejana. Pero esto importa poco a nuestro cuento; basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad.
Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso, que eran los más del año, se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda. Y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías en que leer, y así, llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos; y de todos, ningunos le parecían tan bien como los que compuso el famoso Feliciano de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas entricadas razones suyas le parecían de perlas, y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafíos, donde en muchas partes hallaba escrito: La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura. Y también cuando leía: ...los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican, y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza.
Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido, que no se lo sacara ni las entendiera el mesmo Aristóteles, si resucitara para sólo ello. No estaba muy bien con las heridas que don Belianís daba y recebía, porque se imaginaba que, por grandes maestros que le hubiesen curado, no dejaría de tener el rostro y todo el cuerpo lleno de cicatrices y señales. Pero, con todo, alababa en su autor aquel acabar su libro con la promesa de aquella inacabable aventura, y muchas veces le vino deseo de tomar la pluma y dalle fin al pie de la letra, como allí se promete; y sin duda alguna lo hiciera, y aun saliera con ello, si otros mayores y continuos pensamientos no se lo estorbaran. Tuvo muchas veces competencia con el cura de su lugar -que era hombre docto, graduado en Sigüenza-, sobre cuál había sido mejor caballero: Palmerín de Ingalaterra o Amadís de Gaula; mas maese Nicolás, barbero del mesmo pueblo, decía que ninguno llegaba al Caballero del Febo, y que si alguno se le podía comparar, era don Galaor, hermano de Amadís de Gaula, porque tenía muy acomodada condición para todo; que no era caballero melindroso, ni tan llorón como su hermano, y que en lo de la valentía no le iba en zaga.
En resolución, él se enfrascó tanto en su letura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamentos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas sonadas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo. Decía él que el Cid Ruy Díaz había sido muy buen caballero, pero que no tenía que ver con el Caballero de la Ardiente Espada, que de sólo un revés había partido por medio dos fieros y descomunales gigantes. Mejor estaba con Bernardo del Carpio, porque en Roncesvalles había muerto a Roldán el encantado, valiéndose de la industria de Hércules, cuando ahogó a Anteo, el hijo de la Tierra, entre los brazos. Decía mucho bien del gigante Morgante, porque, con ser de aquella generación gigantea, que todos son soberbios y descomedidos, él solo era afable y bien criado. Pero, sobre todos, estaba bien con Reinaldos de Montalbán, y más cuando le veía salir de su castillo y robar cuantos topaba, y cuando en allende robó aquel ídolo de Mahoma que era todo de oro, según dice su historia. Diera él, por dar una mano de coces al traidor de Galalón, al ama que tenía, y aun a su sobrina de añadidura.

La novela es un subgénero de la narrativa, relativamente moderno; sus inicios se remontan a las narraciones en prosa y verso (poemas épicos). El término fue empleado por primera vez por el italiano GIOVANNI BOCCACIO, quien dio dicho nombre a los relatos contenidos en el DECAMERON. El término proviene del latín NOVUS (nuevo) y que pasó al italiano como NOVELLA (noticia).
En la literatura hispanoamericana se consolida a partir de 2 grandes obras: El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra (1605-1615) y, la vida de Tormes y de sus fortunas y adversidades (1564). La primera se enmarca dentro del género caballeresco y la segunda en el picaresco.
NOVELA PICARESCA: Incorpora el personaje del pícaro, quien se supera y se convierte en héroe, transformando la narración en comedia sarcástica (Lazarillo).
CARACTERISITICAS: 1. Personaje principal no es de la aristocracia, es un pícaro que se supera. 2. Seudobiografía, en donde el autor asume el papel de narrador en primera persona. 3. Realismo crudo y crítica social, destacándose los prejuicios sociales a través de la ironía y el sarcasmo. 4. Intención didáctica que deja una moraleja. 5. Atmosfera de intimismo y complejidad, donde el lector es introducido en el mundo del narrador, generándose complicidad. 6. Estructura narrativa en episodios que guardan autonomía narrativa y conservan coherencia global (unidad estructural entre el personaje, ambiente y presentación cronológica de los hechos).
NOVELA CABALLERESCA: Con el Quijote se implementa el modelo más complejo e ilustrativo de la novela moderna, en ella se presenta: 1. La intertextualidad, polifonía y dialoguismo; mediante un universo lleno de diálogos, imágenes, estilos y niveles lingüísticos, se presenta dialogo con el lector y consigo mismo, se relacionan otras obras (odisea), otros oradores (Cicerón, Demóstenes), pinturas y escrituras hasta su época; de igual modo historias, refranes, proverbios y elementos de ciencia. 2. Recurrencia al mito, la novela se reconoce en el mito, adquiriendo antiguo valor y significado, ya que forma parte del mundo imaginario de los hombres; Quijote rememora el mito en el recuerdo de un paraíso perdido, basado en la idea de perfección de los comienzos de la edad de oro de la caballería (beatitud, justicia, entereza); por su parte Dulcinea rememora el mito mariano (belleza, sencillez, bondad, pureza) capaz de llegar al sacrificio; de igual modo por su parte el Quijote el mito de Cristo salvador. 3. Idealismo y realidad, la concepción de la realidad se da en dos dimensiones: un real cotidiano histórico representado en Pancho y un real imaginario fantástico representado en Quijote, sin embargo en cada uno se encuentran rasgos del otro y al final se invierten los papeles, Sancho se quijotiza y Quijote termina pensando como Sancho.
La figura del loco utilizada por Cervantes, no solo es un mecanismo de oscilación del ser humano entre cordura y fantasía, sino que también es una forma de denunciar los males.
TRABAJO: Lectura de la novela el ingeniosos Hidalgo don Quijote de la Mancha, y a partir de la lectura elabora una reseña del liro.

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